Por: Alejandra Cueva Flores
Resumen
Este ensayo explora las complejidades de adoptar hábitos saludables, destacando que la razón por sí sola no garantiza un compromiso constante con la actividad física. Utilizando la "Guía para el profesorado de Educación Física", se analizan los determinantes del comportamiento en la actividad física, subrayando la influencia de factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Se destaca que la educación física contribuye a aumentar la probabilidad de adoptar hábitos activos, pero la formación de estos hábitos depende de diversos factores. El texto aborda la necesidad de reducir barreras y considera las diferencias entre adultos y niños en la motivación para la actividad física. Se enfatiza la importancia de estrategias que aborden aspectos emocionales, sociales y psicológicos, reconociendo que la razón es solo una parte del proceso de cambio de comportamiento.
Palabras Clave: actividad física; hábitos saludables; determinantes del comportamiento; educación física; motivación; barreras; estrategias efectivas
Abstract
This essay explores the complexities of adopting healthy habits, emphasizing that reason alone does not guarantee a consistent commitment to physical activity. Using the "Physical Education Teacher's Guide," it analyzes the determinants of behavior in physical activity, highlighting the influence of biological, psychological, social, and environmental factors. It underscores that physical education contributes to increasing the probability of adopting active habits, but the formation of these habits depends on various factors. The text addresses the need to reduce barriers and considers differences between adults and children in motivation for physical activity. It emphasizes the importance of strategies addressing emotional, social, and psychological aspects, recognizing that reason is only a part of the behavior change process.
Keywords: physical activity; healthy habits; behavior determinants; physical education; motivation; barriers; effective strategies.
En la sociedad actual, la búsqueda de un estilo de vida saludable, particularmente mediante la actividad física regular, es un objetivo bien reconocido para personas de todas las edades. Sin embargo, la complejidad del comportamiento humano y los numerosos factores que influyen en él hacen que alcanzar este objetivo no sea nada sencillo. Este ensayo profundiza en las complejidades de la adopción de hábitos saludables, enfatizando que el conocimiento racional por sí solo es insuficiente para garantizar un compromiso constante y sostenido con la actividad física.
Los determinantes, en el contexto del comportamiento, se refieren a los factores que impulsan o influyen en la conducta humana. Al abordar conductas simples, como reflejos o hábitos profundamente arraigados, se puede establecer la presencia de determinantes aislados. Sin embargo, la mayoría de los comportamientos humanos son complejos, aprendidos y adaptativos, y resultan de intrincadas interacciones entre estímulos, percepciones, creencias, actitudes, pensamientos, experiencias y aprendizajes pasados, junto con proyecciones y anticipaciones futuras. Esta complejidad hace que predecir el comportamiento humano sea una tarea desafiante.
Si bien puede que no existan determinantes claros para la mayoría de los comportamientos humanos, existen factores que aumentan o disminuyen la probabilidad de que ocurran comportamientos específicos. Por ejemplo, saber nadar no garantiza que una persona vaya regularmente a una piscina para hacer ejercicio, pero sí aumenta la probabilidad de que esto suceda. Este fenómeno se conoce como causalidad probabilística. Esto demuestra que la razón por sí sola no es suficiente para adquirir una conducta saludable.
La adquisición de hábitos activos no puede atribuirse únicamente al esfuerzo realizado en las clases de educación física. Los educadores físicos a veces pueden sentirse frustrados cuando los estudiantes no adoptan hábitos activos como resultado de sus lecciones. Sin embargo, es crucial reconocer que la formación de hábitos depende de múltiples factores más allá del alcance de la educación física. La pregunta correcta es si la educación física contribuye a aumentar la probabilidad de que una persona sea activa.
Los investigadores han identificado cuatro grupos principales de factores asociados con niveles más altos de actividad física en los individuos: factores biológicos, factores psicológicos y de comportamiento, factores ambientales sociales y factores ambientales físicos. Estos factores interactúan e influyen en el comportamiento de la actividad, y la perspectiva ecológica enfatiza que el medio ambiente juega un papel más importante que la predisposición individual.
En los adultos, las intenciones de realizar actividad física a menudo no se traducen en un comportamiento real. Existen diversas circunstancias mediadoras entre la intención y la acción, comúnmente denominadas "barreras". Reducir estas barreras ha demostrado ser eficaz para promover la actividad física.
El comportamiento de los niños está fuertemente influenciado por su entorno y pueden ser incluso más susceptibles a él. El acceso a espacios seguros al aire libre para jugar está fuertemente vinculado a sus niveles de actividad física, lo que convierte a las escuelas en un posible lugar clave para fomentar la actividad física. También el comportamiento de los niños es en gran medida "no autónomo" y depende de las acciones e instrucciones de los adultos. Por lo tanto, para cambiar el comportamiento de los niños, los padres y cuidadores necesitan modificar su propio comportamiento y sus procesos de toma de decisiones.
Cambiar el comportamiento de las personas, especialmente cuando implica reemplazar un hábito no saludable por uno saludable, puede ser un desafío formidable. Sin embargo, los hábitos de los niños son más maleables y están continuamente aprendiendo y adaptándose. A menudo, estos hábitos están moldeados por los comportamientos de sus padres, por lo que es necesario cambiar los hábitos de las familias para promover el cambio en los niños. En el contexto de la actividad física, el simple conocimiento de sus beneficios no es suficiente para superar las barreras que pueden impedir la adopción de un estilo de vida más activo. Es necesario abordar factores emocionales, sociales y psicológicos que influyen en las decisiones de las personas. La educación física, como disciplina académica, debe reconocer que la razón es solo una parte del proceso de cambio de conducta y que se requiere estrategias más amplias y efectivas para promover la actividad física.
Los psicólogos han desarrollado un modelo que describe las etapas por las que pasan los individuos cuando intentan cambiar voluntariamente su comportamiento. Comprender estas etapas es fundamental para los educadores que buscan promover la actividad física. En los adultos, la mejora y el mantenimiento de la salud son los principales motivadores de la actividad física. Por el contrario, la motivación de los niños para la actividad física surge principalmente del deseo de divertirse. Reconocer estas diferencias es crucial a la hora de promover hábitos de actividad física en ambos grupos.
La estrategia más eficaz para fomentar la actividad física en los niños puede pasar por ofrecer actividades que disfruten, incluso si eso significa educarlos sobre los beneficios para la salud de manera solidaria.
Implicar a las familias es crucial, ya que muchas veces los niños desconocen las implicaciones de su conducta para la salud. Los padres deben comprender la importancia de que sus hijos sean activos y reconocer el impacto del estilo de vida sedentario moderno. Proporcionar información a las familias e involucrarlas en el proceso es esencial para promover el cambio.
En la búsqueda de un estilo de vida activo y saludable, es evidente que la mera comprensión racional es insuficiente para que las personas adopten un comportamiento consistente que promueva la salud. Los factores que influyen en la conducta humana son multifacéticos e interactúan de manera compleja. Factores que van desde el entorno y las influencias sociales hasta la motivación personal y el apoyo familiar desempeñan papeles esenciales en la configuración de nuestras acciones. La razón debe ser complementada con estrategias efectivas que tengan en cuenta la complejidad de las conductas humanas y su entorno. La educación física desempeña un papel crucial en esta tarea, ya que puede influir en la formación de hábitos de actividad física saludable a lo largo de la vida.

REFERENCIAS
Oscar Luis Veiga Núñez, David Martínez Gómez. (2007). Actividad física saludable Guía para el profesorado de Educación Física.