INTRODUCCIÓN
En la cotidianidad de la vida de cada individuo, se requiere constantemente tomar basadas en la maximización de beneficios. Sin embargo, estas elecciones están influidas por una multitud de factores, como la búsqueda de la gratificación instantánea o el bienestar a largo plazo. Un ejemplo claro de esto se manifiesta en el consumo masivo de alimentos no saludables. Así, la conducta activa de una persona se configura a través de las decisiones que toma, las cuales están moldeadas por una compleja interacción de factores tanto internos como externos. Además, el porqué de estas elecciones y la manera de efectuar un cambio visible para implementar decisiones más saludables son interrogantes fundamentales que debemos abordar.
Además, es esencial explorar el concepto de predisposición, que lleva a la realización de prácticas clave en nuestro comportamiento. Para comprender con profundidad los matices involucrados en este proceso, debemos responder a diversas interrogantes.
Esto nos permitirá diseñar estrategias efectivas y adecuadas a cada situación, ya sea desarrollando nuevas aproximaciones o analizando en detalle las implicancias de las estrategias ya existentes. Por tanto, el propósito de este ensayo es adentrarse en las complejidades que subyacen bajo el título mencionado, con referencia al capítulo 4 y 5 del libro titulado "Actividad física saludable. Guía para el profesorado de Educación Física". Está orientado hacia el cambio de conductas de hábitos perjudiciales por hábitos saludables, en busca del bienestar integral.
La conducta humana es un fenómeno altamente complejo y moldeado por múltiples interacciones y factores que contribuyen como los preceptos de creencias o anticipaciones sobre el futuro. También, es un proceso de aprendizaje continuo y adaptación a diversas circunstancias, y su naturaleza es intrincada y multifacética.
En este sentido, se puede afirmar que la conducta humana es influenciada por causas probabilísticas, lo que significa que existen factores que predisponen a que ciertas conductas aumenten o disminuyan en probabilidad de ocurrencia. Un ejemplo ilustrativo de este concepto proviene de la vida de un deportista de alto nivel que
representa a su país. Durante la pandemia, este deportista dejó de lado su riguroso entrenamiento físico, que había sido una parte fundamental de su rutina durante muchos años. A pesar de su histórica dedicación al ejercicio, no retomó su hábito, lo que resultó en un aumento de peso considerable. Esta transformación se vincula con su alimentación, que se tornó rica en calorías, y su estilo de vida sedentario. Además, su actual ocupación como comentarista deportivo en un canal especializado contribuyó a esta situación. En este escenario, podemos inferir que la probabilidad de que retome su entrenamiento previo se vio disminuida por una serie de factores, como scambio de ocupación y la falta de motivación, a pesar de la predisposición previa que tenía a mantener una vida activa. Esta historia ejemplifica cómo la
conducta humana está sujeta a una red compleja de influencias y probabilidades , y
cómo la interacción de múltiples elementos puede dar lugar a resultados
inesperados.
Para abordar la conducta como un fenómeno influenciado por causalidad
probabilística, los profesores de educación física pueden llevar a cabo diversas
acciones. En primer lugar, es fundamental reflexionar sobre si la educación física
está contribuyendo de manera efectiva al fomento de la actividad física de los
estudiantes o si, por el contrario, está teniendo un impacto negativo en su
predisposición a ser activos. Una vez que se haya realizado esta evaluación inicial, el
profesorado puede emprender un análisis profundo de los determinantes de la
conducta activa de los estudiantes. Este análisis debe tomar en cuenta una variedad
de factores, que incluyen aspectos psicológicos, biológicos, conductuales, el ambiente
social y el ambiente físico. La idea es comprender las asociaciones entre estos
factores y la actividad física de los alumnos (as).
La razón por sí sola no es suficiente para adquirir un hábito saludable, y esta idea se
refleja claramente en el libro "del dicho al hecho hay un buen trecho". Esto significa
que tener la intención de adoptar un comportamiento saludable o estar predispuesto
a hacerlo no garantiza que se traduzca en una acción práctica y continua. Existen
diversas barreras ( falta de tiempo, falta de medios económicos y etc. ) que pueden
obstaculizar la realización efectiva de una conducta saludable, y estas barreras son
cruciales para comprender.
El cambio de conducta varía significativamente según la edad y está influenciado por una serie de motivaciones y factores. En adultos, la motivación principal para cambiar hábitos suele estar relacionada con la salud ( utilidad ), ya que comprenden la importancia de un estilo de vida activo para mantenerse saludables. Sin embargo, niños y niñas, la motivación para la práctica de ejercicios suele ser diferente. Los niños tienden a ser más intrínsecamente motivados por el juego, ya que es una parte natural de su desarrollo. Además, su capacidad para tomar decisiones autónomas es limitada, y en gran medida dependen de la orientación y el entorno proporcionado por sus familias. El cambio de hábitos en niños es más fácil debido a su maleabilidad.
Por lo tanto, en la intervención para fomentar el cambio, es fundamental involucrar tanto a los niños como a sus familias. La participación de las familias es crucial para establecer un ambiente de apoyo que promueva la actividad física y fomente hábitos saludables desde una edad temprana; por ende, si bien es importante educar a los niños sobre la importancia de la salud y la actividad física, el enfoque no debe ser puramente desde la perspectiva de la salud, ya que los niños responden mejor a actividades que se sienten como juegos y diversión. Por lo tanto, las estrategias de promoción de la actividad física se basan en el modelo GAPS, que se fundamenta en
la teoría del aprendizaje social. Este modelo sostiene que para lograr modificaciones en el comportamiento, no es suficiente simplemente proporcionar razones, sino que es esencial proporcionar a los individuos las habilidades, recursos y apoyo social necesarios. El enfoque del modelo GAPS se desglosa en cuatro pasos clave: obtener
información, realizar una evaluación en profundidad, identificar el problema y construir la autoeficacia.
Este enfoque se ha incorporado de manera efectiva en el proyecto PERSEO, un programa diseñado para ofrecer orientación en cuanto a la nutrición y la actividad física. El programa PERSEO se basa en la premisa de que la información y la educación por sí solas no son suficientes para promover cambios de comportamiento sostenibles. En cambio, se centra en proporcionar a las personas las herramientas necesarias, el apoyo social y la confianza en sí mismas para adoptar hábitos de vida más saludables, incluida la actividad física.
En conclusión, la conducta humana y su capacidad para cambiar hábitos son fenómenos altamente complejos e influenciados por una variedad de factores, incluyendo la edad, la motivación, la educación y el entorno. Tanto en adultos como en niños, la modificación de conductas, como adoptar hábitos saludables, va más allá
de la simple razón y requiere estrategias específicas que aborden las barreras individuales y sociales que puedan existir. Asimismo, el modelo GAPS, que se basa en la teoría del aprendizaje social, como un enfoque efectivo para promover la actividad física y el cambio de hábitos. Por último, un cambio de conducta debe estar enfocado
a no limitarse en razones, sino adoptar estrategias acorde al contexto con las implementaciones necesarias.
REFERENCIA
Veiga Núñez OL, Martínez Gómez D. Actividad física saludable. Guía para el
profesorado de educación física. Secretaría General Técnica. Centro de Publicaciones.
Ministerio de Educación y Ciencia. p. 67-89